Añoranza

Cuando ya todos los sonidos se escondieron en la oscuridad de la noche, ya acostados en su cama, él no podía dormir y mucho menos dejar de pensar, de sentir esa sensación nueva.
Con una mano en el vientre vació de su mujer y con la otra mano secando las lagrimas que de sus ojos caían estando ella dormida.Comprendió por primera vez lo que significa la añoranza… y sintió el peso y valor de las palabras.
Y Añoró todo lo que podría haber sido pero no fue…. extrañó recuerdos inexistentes de un hijo que no tuvo rostro y que se fue antes de llegar.
y así como en otro tiempo había comprobado que la alegría al compartirla crecía, se dio cuenta que la tristeza al compartirla no se empequeñece, que es como un verdugo que lastima el alma y que el abrazo de ajenos y propios no desatan los nudos en el pecho ni sacan las espinas del corazón.
Cuan grande era el deseo de acunarlo, pero sus brazos estarían vacíos. Cuan grande era el deseo de hacerlo reir… no podía dejar de pensar que la almita buena de su pequeño descansaba sin siquiera haberse cansado.
Ahora solo le quedaba el consuelo de ir a buscar cada día su abrazo en la brisa, y su mirada en las estrellas.

Perdido en mi mente

Cuan distintos son y difícil de vincular los mundos en los que me encuentro; uno tangible y concreto desde mis pupilas hacia afuera y el otro tan difuso y abstracto desde mis pupilas hacia adentro.
Con tanzas como marionetas me muevo y me mueven en el mundo paralelo, donde todo es cuadrado y real, río, lloro, me manifiesto y siento; sin embargo a pesar de ser tan cercano me siento de él tan distante y ajeno.
Pero al cerrar mis ojos y perderme en mi tiempo, mi alma se vuelve hacia adentro y se hunde en el silencio, se pierde entre pensamientos, se escabulle en mis recuerdos, inventa mundos irreales pero que para mi son muy concretos… Mi alma se siente liebre, mi ser se siente entero, sin tanzas que me manejen ni libertades de encierro.
Sólo mi mente vuela, grita y canta, ríe y llora en mi silencio.