Caminando bajo la lluvia - Walking under the rain

En dias normales , la lluvia me molesta, o al menos sólo me gusta si no me moja, y escapo de algunas gotas que puedan llegar a alcanzarme; pero para nuestro bien, gracias a Dios, no todos los días son normales...
La distancia a recorrer no era larga, sino agradable para una linda y solitaria caminata, de esas en las que al andar  uno puede recorrer el camino acompañado también de recuerdos y memorias. De a poco, mochila al hombro, comienzo la marcha. El andar es lento, camino de arena, pasto y bosque al rededor. Sólo escucho mis pasos pausados, el viento en los árboles y el rugido del mar a lo lejos. Nada desconocido para mi, pero si, poco cotidiano, para mi lo cotidiano es el paisaje de montaña, la tierra dura y el suelo pedregoso.
Comienzo a disfrutar en mis pasos, de cada elemento ordinario como si fuese extraordinario, la brisa en mi rostro, y el silencio ruidoso de mi alma me acompañan. Y a mitad de camino habiendo pasado por mi mente mi niñez, mis días de hoy y la vejes que aún no llega, las gotas comienzan a caer, y me llevan a acelerar mi paso, como si al correr pudiera evitar mojarme, y luego de resistirme un rato comienzo a disfrutar y a tener una tonta y egoista sensación de creer que esa lluvia solo era para mi, y que en ese momento ese cielo gris y esponjoso solo me hablaba con sus truenos a mi. Que lindo es sentir que la lluvia me abraza y me abarca, Y despreocupado por la ropa mojada retomo mi paso lento y puedo solamente sonreír.
Lejos ya están de mi todo tipo de pensamientos y mi mente se encuentra completamente en blanco, la lluvia en mi ojos casi no me deja abrirlos y  como un niño jugando busco que mis pies solo pisen los charcos. Con olor a lluvia y a tierra mojada, aire fresco y agua por todos lados, camino con los brazos extendidos y las manos abiertas mirando el cielo sientiendo como pocas veces la presencia de ese Dios que siempre se me esconde y se me escapa, pero que en estos pequeños remansos de mi andar  agitado me hace saber que me acompaña en mi andar de días secos.

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