Añoranza

Cuando ya todos los sonidos se escondieron en la oscuridad de la noche, ya acostados en su cama, él no podía dormir y mucho menos dejar de pensar, de sentir esa sensación nueva.
Con una mano en el vientre vació de su mujer y con la otra mano secando las lagrimas que de sus ojos caían estando ella dormida.Comprendió por primera vez lo que significa la añoranza… y sintió el peso y valor de las palabras.
Y Añoró todo lo que podría haber sido pero no fue…. extrañó recuerdos inexistentes de un hijo que no tuvo rostro y que se fue antes de llegar.
y así como en otro tiempo había comprobado que la alegría al compartirla crecía, se dio cuenta que la tristeza al compartirla no se empequeñece, que es como un verdugo que lastima el alma y que el abrazo de ajenos y propios no desatan los nudos en el pecho ni sacan las espinas del corazón.
Cuan grande era el deseo de acunarlo, pero sus brazos estarían vacíos. Cuan grande era el deseo de hacerlo reir… no podía dejar de pensar que la almita buena de su pequeño descansaba sin siquiera haberse cansado.
Ahora solo le quedaba el consuelo de ir a buscar cada día su abrazo en la brisa, y su mirada en las estrellas.

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