Carta a mi hijo...

Se que estás ahí, siendo participe y testigo de tu propio milagro. Y mientras tú cuerpito pequeño se teje y se forma; en lo más profundo de mi se gesta también este amor nuevo y puro el de un papá por su hijito.
Mi bien, mi amado pequeño, cuán grande es el deseo de poder verte, de acunarte en mía brazos torpes. Deseo q mi pecho sea tu cuna, sentir tu respiración y el calor de tus manitas. 
Ojalá Dios me permita ser siempre tu guardián. Tu compañero. Testigo de tus pasos. Y luz en tu camino.
Hijo mío, aquí estoy. Esperándote. Amándote. Mis brazos esperan para sostenerte y mi mirada espera ansiosa cruzar la tuya.
Y mi mente vuela y vuela alto...  Y te imagino sonriente jugando. Quienes serán tus amigos? Cuáles serán tus gustos? Como será el color de tu voz? Tu forma de caminar? Y te imagino mirando el cielo. El sol en tu cara y todo tu futuro en tus manos.
Mi pequeñito. Yo estoy aquí. Rezando por ti, ahora y para siempre. Seré tu payaso, tu juguete, guardián de tus sueños. Espero generar en vos, sólo sonrisas, constructor de buenos recuerdos...
Te amo para siempre 

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